En COVAMUR acabamos de compensar nuestra huella de carbono colaborando con Desert Leaves, una fundación que trabaja por la reforestación de zonas degradadas en el Mediterráneo. Uno de sus proyectos más potentes está teniendo lugar muy cerca, en Pego (Marina Alta), donde los incendios de 2015 y 2022 arrasaron más de 12.000 hectáreas de bosque.

Para entender mejor esta iniciativa y su impacto, hablamos con Wim Cambien, fundador de Desert Leaves. Wim es ingeniero agrónomo de formación con un MBA y activista ambiental por vocación, y lleva años impulsando proyectos de reforestación forestal sostenible en zonas áridas, conectando ciencia, empresa y compromiso social.

Proyecto de reforestación en la Marina Alta. Tres preguntas clave al fundador. ¿Qué motivó a Desert Leaves a iniciar un proyecto de reforestación precisamente en la Marina Alta, y más concretamente en Pego?

La Marina Alta es una zona con un valor ambiental enorme, pero también muy vulnerable. Tras los incendios de 2015 y especialmente el de 2022, vimos un paisaje completamente desolado: montañas negras, suelos desnudos y un ecosistema roto. Era urgente actuar.

Pego fue un punto clave porque ya existía una sensibilidad local —con colectivos como Pego Viuy un ayuntamiento dispuesto a ceder terrenos durante 40 años para uso forestal. Esto nos permitió diseñar un proyecto a largo plazo, técnicamente sólido y con implicación local.

Además, la zona tiene un potencial enorme para la restauración ecológica: suelo en terrazas, especies autóctonas adaptadas y un clima que, si se gestiona bien, puede favorecer la recuperación.

En resumen, la combinación de urgencia ambiental, voluntad política y tejido social comprometido lo convirtió en el lugar ideal para empezar.

¿Qué beneficios concretos tendrá este proyecto para el entorno y para las personas que vivimos (o visitamos) esta zona?

El impacto es múltiple. Por un lado, ambientalmente, estamos combatiendo la erosión, recuperando biodiversidad y mejorando la capacidad del terreno para absorber agua de lluvia. Eso significa menos escorrentías peligrosas y más infiltración para recargar acuíferos, algo crucial en una zona de lluvias intensas como esta.

Además, al plantar especies autóctonas y poco inflamables, reducimos el riesgo de futuros incendios y creamos un ecosistema más resiliente. Las plantaciones mixtas también ayudan a atraer fauna, mejorar el paisaje y restaurar el equilibrio perdido.

Y a nivel humano, esto tiene un impacto económico y emocional. Recuperar un paisaje bello beneficia al turismo, al bienestar de quienes viven aquí, y transmite una imagen positiva de la comarca.

También estamos generando empleo local, formando a voluntarios y conectando a personas en torno a un objetivo común. En el fondo, se trata de devolver vida al territorio

¿Cómo pueden colaborar otras empresas o ciudadanos que quieran apoyar esta iniciativa o replicarla en otras zonas?

Hay varias formas. Las empresas pueden sumarse como patrocinadoras del proyecto, compensando su huella de carbono y obteniendo el sello oficial “Calculo-Reduzco-Compenso” del Ministerio de Transición Ecológica. Pero más allá del sello, lo importante es el compromiso real: apoyar una acción que tiene impacto tangible, medible y local.

Los ciudadanos también pueden participar como voluntarios en tareas de campo, con donaciones o incluso ayudarnos a difundir la iniciativa. Todo suma.

Y si alguien quiere replicar un proyecto similar en otra zona, estamos encantados de compartir conocimiento y experiencia. Nuestra misión es conectar personas, ciencia y territorio para que la restauración ecológica deje de ser una excepción y se convierta en una práctica habitual.

Cerrar el círculo

La reforestación no es solo plantar árboles. Es restaurar un ecosistema, recuperar un paisaje y volver a conectar con la tierra que nos rodea.

Desde COVAMUR estamos orgullosos de aportar nuestro grano de arena con Desert Leaves, y animamos a más empresas a sumarse a este tipo de proyectos que sí hacen la diferencia.

Más información en www.desertleaves.org